"Cuando se materializaron, Evie se encontró segura y protegida en —lo que ella creía que solo podían ser— los brazos del fae oscuro. Él la llevaba, como a una princesa, mientras caminaba sin prisa hacia un túnel oscuro. Se dio cuenta de que todavía estaba bajo la influencia de ese hechizo de unión ya que todavía estaba rígida.
Sus ojos solo podían moverse, tratando lo mejor que podía de ver a dónde la llevaba. Cuando no pudo distinguir nada debido a la extrema oscuridad, su cuerpo empezó a resplandecer, convirtiéndose en su propia fuente de luz e iluminando el lugar oscuro como la brea.
El hombre que la llevaba se detuvo cuando vio esto y ella lo miró desafiante, retándolo silenciosamente a que dijera algo sobre sus acciones. Sus ojos se encontraron y Evie frunció el ceño al verlo sonreírle. Y debido a su proximidad, Evie no pudo evitar notar que este hombre poseía una rara, exótica y deslumbrantemente hermosa sonrisa.