"¡¡¡Gavriel!!! —gritó Evie cuando sus ojos se abrieron de repente—. Miró a su alrededor frenéticamente, ojos llenos de confusión.
Lo primero que vio fue a Elias agachado a su lado con preocupación estampada en todo su rostro. —¡Princesa! ¿Estás bien? —preguntó el vampiro mientras la ayudaba a sentarse.
Evie no respondió. Sus ojos vagaban por el área con confusión. Estaban actualmente en un bosque, un bello bosque lleno de cosas sobrenaturales, extraños árboles de color azul hielo y piedras coloridas y flores como de vidrio. El paisaje era tan hermoso, y todo parecía como si perteneciera a un sueño.
—Elias… —Evie logró una voz ronca—, ¿estoy soñando? ¿Todavía estoy dormida?
Los ojos del vampiro se volvieron tristes, y le tomó un tiempo dar una respuesta. —No estás soñando, Princesa. Estamos ahora en la tierra prohibida —dijo y Evie empezó a sentir un dolor en su corazón. Sus ojos no podían evitar llenarse de lágrimas. Pero reprimió esas lágrimas para que no cayeran de sus ojos.