Alicia solo podía temblar cuando Ezequiel no decía ni una sola palabra. ¿Temblaba por incredulidad? ¿O el temblor era causado por la idea de que había sido una completa tonta al confiar en esta persona? Se arrepentía enormemente de haber dado ese paso de otorgar a Ezequiel esa última pizca de confianza —esperando que su rostro sin emociones fuera solo una farsa para engañar a Dinah— pero a su propio riesgo. Desafortunadamente, por cómo se están desarrollando las cosas en este momento, ¡parece como si la broma fuera sobre ella! Una risa burlona sonó detrás de ella mientras Dinah estaba allí, mirando a Alicia como si fuera algún objeto digno de lástima.
—Mi mala bruja... —dijo Dinah—. Deja que ilumine a la lamentable tú... —pronunció mientras Alicia soltaba a Ezequiel y se enfrentaba a la mujer.
Riev inmediatamente tomó a Alicia y una vez más la acercó a él mientras Dinah se paraba junto a Ezequiel.
