—Abi, ¿estás segura de esto? —Kelly preguntó mientras caminaban hacia un bar.
—Sí —respondió Abi rápidamente—, su respuesta resuelta sin un rastro de vacilación.
Kelly suspiró:
—Asegúrate de quedarte junto a mí, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
El corredor se abría a una gran área de dos pisos. El lugar ya estaba bastante abarrotado con aproximadamente la misma cantidad de mujeres que de hombres. La mayoría de las personas se inclinaban sobre el bar, que estaba situado en el lado izquierdo de la habitación, tratando de captar la atención del barman para comprar algo de alcohol muy necesario.
Abi miró a su alrededor y vio que el lugar atraía a todo tipo de personas diferentes. Había gente de aspecto salvaje, con muchos piercings y tatuajes, pero luego miró hacia el segundo piso y parecía estar lleno de invitados más maduros en trajes de negocios.
