—Oh Eris, cariño —la anciana la abrazó—. ¿Te dijo algo la última vez que lo viste?
—Dijo que definitivamente volvería, y yo le prometí que le mostraría mi cara una vez que regresara. Pero... —Eris comenzó a llorar—. Ha pasado un mes desde que la reina ha vuelto de la guerra en el reino vampiro. Se suponía que él volviera con ella, pero aún no ha aparecido. Escuché que nadie lo vio regresar con la reina tampoco. Y la reina dice que no sabe dónde está. Abuela... siento que nunca volverá a mí. Siento que nunca lo volveré a ver —sollozó penosamente en el abrazo de su abuela y solo Iryz podía quedarse allí parada, observando mientras su propio corazón se rompía al escuchar.
Hasta que Eris y su abuela lentamente desaparecieron de su vista.