Unos segundos pasaron mientras Zeres se preguntaba a sí mismo antes de llegar a la única conclusión posible. La única razón que podía encontrar era que este hombre todavía estaba en completo control de sí mismo y de su poder. ¿Cómo podía ser eso posible? ¿Qué se necesitaría para siquiera hacerlo tambalear un poco de esa eterna compostura de hielo que tenía Zeke y obtener incluso una ligera visión de él perdiendo el control sobre sus emociones o sus planes tan bien elaborados? Demonios, ¿de qué estaba hecho Ezekiel, en serio? Era mucho más difícil – casi imposible – hacer que este príncipe vampiro de hielo se desmoronara un poco bajo cualquier presión, que derretir un gran bloque de glaciar.
Zeres solo podía crujir sus dientes en pura rabia. Y eso lo enfurecía aún más. ¿Todavía no es suficiente? ¿Por qué? ¿Qué más necesita hacer? ¿Qué otros actos viles se necesitarían para que él terminara con esto?