Residencia de Young...
—¡Papá! ¿No puedes estar hablando en serio? —Kelly se levantó de su asiento. Su expresión se oscureció con shock y furia.
—Lo estoy, Kelly. Esta conversación terminó hace más de un año y no olvides jamás que estuviste de acuerdo con este trato. ¡Te dimos la total libertad que pediste! Ahora es tiempo de que obedezcas sin cuestionar —dijo el tan estricto Mathew Young, el padre de Kelly. Su voz era dominante y autoritaria.
—Pero papá, ¿por qué Tristan? —Kelly apretó sus dientes—. ¿¡Sabes lo que ese bastardo me hizo!? ¿Por qué justo él de todos los hombres en este mundo? —Kelly estaba casi temblando, tanto de miedo como de ira. Nunca se había atrevido a responderle así a su padre. Su padre siempre había sido una persona ocupada desde que ella podía recordar, raramente lo veía en casa. Y a Kelly siempre le dio miedo disgustarlo porque sabía que su existencia ya era una decepción para él. Todo porque no había nacido hombre.