—¿No sería mejor si me llevas afuera y simplemente dejas que Alex destruya este lugar?
—No. No podemos hacer eso. No hasta que encontremos la respuesta a nuestras preguntas. O capturamos a la persona que está detrás de esto o necesitamos encontrar una manera de salvar a nuestra reina. Ella definitivamente lo sabrá.
Este lugar no les era favorable. No había viento, no había árboles y muy poco espacio. Los hombres estaban haciendo lo mejor que podían para impedir que los híbridos entraran al túnel y Alex también los estaba combatiendo allí abajo.
Él les pegaba y pateaba y rasguñaba y los apuñalaba, pero cuando uno caía, otro venía a ocupar su lugar. Parecía no tener fin. Abigail vio esto y se volvió hacia Alicia.
—Creo que necesitamos darle la espada a él. ¡Alicia! —dijo Abi, entrando en pánico—. Pero Alicia ya no podía prestarle atención. El número de híbridos parecía haberse triplicado y parecía que ahora centraban su atención en ellas en lugar de en Alex.