—Este es un lugar tan hermoso. ¿De verdad viven aquí brujas? —preguntó Abigail—. Estaba simplemente asombrada. Era tan bello, que podría llamarse paraíso.
No podía creer que una bruja viviera realmente en un lugar así. Por supuesto, de todos los libros que había leído, había imaginado un sombrío y espeluznante lugar en el bosque o algo parecido cuando se enteró de que se dirigían al pueblo más al norte del país. Por lo tanto, al ver esta aldea, que estaba tan lejos de su imaginación como podía estarlo, quedó completamente impactada por la belleza natural y la sensación de paz que emanaba del lugar.
—Sí. A las brujas les gusta quedarse en lugares como este, cerca del bosque negro, donde pueden correr para escapar del peligro. Conocen bien el bosque oscuro, por lo que tienen una alta probabilidad de escapar cuando los vampiros las descubren. —respondió Alex—.
—Entonces, ¿estás diciendo que viven y se mueven como uno de los aldeanos?
