Zhou Zhou no tenía prisa por bajar y se tomó su tiempo para admirar a esta hermosa y fría emperatriz.
—Él primero examinó el entorno circundante del Campo de batalla divino.
En el enorme campo de batalla, había una escena grisácea que parecía una televisión en blanco y negro.
El cielo estaba lleno de una espesa niebla gris cargada de aura de muerte y resentimiento.
La niebla se revolvía sin cesar, y de vez en cuando aparecían aterradores monstruos de niebla que parecían fantasmas.
Aunque no eran muchos, todos eran extraños y aterradores.
Además, cada monstruo de niebla tenía un aura de poder divino surgiendo de sus cuerpos. Aun cuando no eran comparables a los Espíritus de Dios, eran mucho más fuertes que los expertos ordinarios de Nivel Legendario.
Este monstruo de niebla naturalmente no era un monstruo de Niebla Escarlata, sino un monstruo de niebla nacido del aura de muerte y el resentimiento producidos tras la muerte de un Espíritu de Dios.
