Existencias como el Regio del Pueblo Común eran todas promovidas con cautela.
Aunque desprecio a Él y quiero derrotarle, esta ventaja de Él sí que vale la pena aprender.
—Aus pensó para sí mismo.
—Sí, Su Gracia.
Aunque los cuatro Dioses Supremos sentían que su emperador estaba haciendo una montaña de un grano de arena, no se atrevieron a refutar como Mazzo. Tras decir eso, se retiraron.
Aus observó sus espaldas mientras Ellos se alejaban. Una frialdad surgió gradualmente en sus ojos.
Estos tipos están confiando en el hecho de que se han convertido en Dioses Supremos y han comenzado a faltarme el respeto en sus corazones.
La fuerza es un arma de doble filo.
Si no fuera por el hecho de que ya tengo mi propio camino y no quiero usar el poder del origen escarlata para aumentar mi fuerza a la fuerza, ¿cómo tendrían ustedes una parte en avanzar al nivel de Dios Supremo?
¡Ya soy el primero en convertirme en un Dios Supremo!
—Aus murmuró para sí mismo.
Pensando en esto...