El Elefante Divino del Cielo y los otros 12 Dioses Maestro de la Raza de Dioses del Caos observaron en silencio cómo la Madre de Nave Eterna se teletransportaba y desaparecía frente a ellos.
—Hermano, ¿vamos a dejar que se marchen así nomás?
—Este Regio del Pueblo Común confió en su estatus como miembro de reserva del Señor de Todas las Razas para entrar y salir de nuestro territorio sin siquiera informarnos. ¡Simplemente está despreciando a nuestra Raza de Dioses del Caos!
Un Nueve Neoñatos Divinos Maestros preguntó indignado.
—Entonces, ¿qué más quieres? —El Elefante Divino Todo-Cielo preguntó con calma.
El Nueve Neoñatos Divinos Maestros guardó silencio.
Las tres razas de sangre top habían acordado tácitamente que el poder del Reino Divino Sol Ardiente ya no era inferior al de ninguna de las tres razas!
Además, si sacaban una raza sola y comenzaban una guerra con el Reino Divino Sol Ardiente, había una alta probabilidad de que no obtuvieran nada.