Aunque Wallace y Sharon todavía no tenían hijos, Wallace solía prestar especial atención a estos aspectos de la ciencia. Esperaba poder brindarle a Sharon el mejor cuidado cuando tuviera hijos en el futuro.
—¿Cómo sabes tanto? —Jorge sonrió y dijo—. Estás preparado para tener un bebé, ¿verdad?
—A él generalmente le gusta entender la ciencia médica —dijo Sharon tímidamente.
—No lo entendía en ese momento y no era tan estudioso como tú para tomar la iniciativa de entender este conocimiento científico. No fue hasta más tarde que sentí que estaba por deprimirme y acudí a consejería que lentamente entendí esto bajo la influencia del consejero —continuó Donald.
—Fue por mi culpa en aquel entonces. Mi depresión casi hizo que mi marido también se deprimiera —dijo Michelle. Ahora que lo pensaba, aún se culpaba a sí misma.