—Robson agarró a Johnson y miró dentro del aula. Cuando Robson vio que el aula estaba llena de juguetes, sus ojos se llenaron de una envidia indescriptible. Su padre nunca le había comprado juguetes desde que era joven, así que sus ojos estaban bien abiertos cuando miraba. ¡Estas cosas se veían demasiado interesantes! El corazón de Sharon dolía al ver esto. —Caleb, este bastardo, realmente… Como sea, debería darle a sus hijos una bonita infancia.
—¿Qué estás haciendo, mocoso? —preguntó el director calvo—. De pie detrás de él estaba la maestra que había ido a pedir ayuda. Parecía que se había topado con él cuando fue a verificar su identidad.
Sharon pareció darse cuenta de que las cosas no eran simples. Al ver que el hombre calvo de mediana edad se acercaba a ella, Sharon tomó unas cuantas respiraciones profundas.