"Justo cuando dudaba si entrar o no, el teléfono de Sharon sonó. Era un mensaje de Wallace:
—El problema se conoce. Si estás fuera, no vuelvas a casa hoy.
Al ver este mensaje, Sharon suspiró aliviada y se dio la vuelta para salir por la puerta.
Justo cuando se subía al taxi, llegó otro mensaje de Wallace. —Te creo. Ya he enviado gente para investigar y aclarar.
Una cálida corriente fluyó por el corazón de Sharon mientras seguía el pequeño camino y caminaba hacia la sala del tío Smith.
No esperaba ver a dos guardias de seguridad en el momento en que entró por la puerta trasera.
—Señorita Sharon, por favor tenga cuidado. —Uno de ellos se levantó y la saludó cortésmente.
—Ahora todos me conocen. —Sharon sonrió avergonzada—. ¿Por qué hay gente custodiando la puerta trasera?