Lila no dijo una palabra. Para ser exactos, no había nada que pudiera decir.
—Eres actualmente una gerente y actriz muy solicitada. Ya sea por tu popularidad o por tu actuación, nadie puede compararse contigo...
—Mandy, ya es suficiente —Lila frotó su estómago mientras su mirada se oscurecía.
—Está bien —Mandy suspiró impotente.
Lila estaba embarazada actualmente, así que no podía tener demasiadas ambiciones o ideas. Por ahora, ser madre era su principal identidad.
Mason había dejado de lado su trabajo por el bien de Lila. Por lo tanto, por el bien de su hija, Lila tenía que cuidar bien de su cuerpo.
No había nada más en qué pensar...
En cuanto a Cate, era mejor si no terminaban usándola. Pero, incluso si lo hacían, Lila nunca permitiría que las preocupaciones de Mandy se hicieran realidad.
Pero, por supuesto, ella no tenía idea de que su batalla con Cate apenas había comenzado...
...
Era actualmente temprano en la mañana.