—Papá, ¿qué opinas de esto? —preguntó la hija de Jonathan—. Siento que Lila es una persona seria. Si alguien más hubiera venido buscándote, no te habría dejado siquiera considerar trabajar con ellos. Pero, como es Lila, te dejaré tomar la decisión por tu cuenta.
Jonathan cruzó sus brazos y continuó viendo la película frente a él.
En tan solo una noche, él vio todas las películas de Lila. Al final, tuvo que admitir que, como actriz, Lila lo conmovió.
—Ayúdame a contactarla.
—Suspiro, sabía que cambiarías de opinión. Menos mal que saqué la tarjeta de presentación del bote de basura y la guardé —tan pronto como terminó de hablar, la hija de Jonathan colocó la arrugada tarjeta de presentación frente a su padre.
Jonathan dudó durante mucho tiempo. Al final, no fue hasta la próxima mañana que finalmente llamó al número de Lila...
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