El director sopesó la situación y finalmente decidió reprimir a Jasmine por la fuerza.
Así que le dio una llamada telefónica al guionista, y tras una larga charla, finalmente logró su objetivo.
Sin embargo, durante toda esa noche, Jasmine sintió que cada segundo en el set era extremadamente difícil de soportar.
No solo había tratado a Mason como a un extraño salvaje, incluso pensó que Lila tenía un affair e intentó amenazarla.
Solo pensar en ello le daba escalofríos. ¿Cómo planeaba Lila responder a eso?
Más tarde esa noche, Mason llevó a Lila de vuelta al hotel y dejó a Chantel que se ocupara de ella. Después de que Mason se fue, Chantel le dijo a Lila:
—Jasmine está sentada al lado de la piscina del hotel, amenazando con terminar con su vida. ¿Quieres verla? Ella ha estado rogando tu perdón.
—¿Ha revelado ya todo el asunto al público? —Lila levantó una ceja.
