"¿Qué pasó? —preguntó Lila con curiosidad—. Estábamos hablando por teléfono anoche..."
—Mantén la calma... —Mason sostuvo a Lila mientras le entregaba su teléfono.
Ya se había dado a conocer la noticia: la supermodelo Gina había sido atacada por un perro mientras protegía a su hija. Tenía mordeduras por todo su pierna y había riesgo de amputación.
El incidente ocurrió demasiado repentinamente. Fue un poco difícil para Lila aceptarlo.
—¿Podría ser alguien con un nombre similar?
—Gina está actualmente en el hospital. Te llevaré allí en un momento —propuso Mason—. Sabía que ella querría confirmar personalmente la condición de Gina.
—Espera un poco, Mase... Todavía estoy en shock.
Lila se sentó al borde de su cama y volvió a mirar detalladamente el teléfono.
—Fue un accidente. Ya encontraron al dueño del perro. Sucedió porque el dueño tiene una raza de perro agresiva, pero olvidó encadenarlo.