—Pertenezco a ti. Todo de mí de arriba a abajo, por dentro y por fuera.
—¿Sabes lo difícil que es para mí detenerme de salir a buscarte? —dijo Mason en tono angustiado—. Quiero devorarte y tragarte entera.
Lila apretó sus puños al detenerse de decir algunas palabras impulsivas. Palabras como: «Ya no quiero filmar más, solo quiero estar a tu lado».
O, «deja de trabajar y ven a hacerme compañía».
Pero al final, sus palabras fueron reemplazadas por silencio.
Ante el silencio, Mason pudo notar que Lila estaba tratando de controlar sus emociones, así que cambió el tema para facilitarle las cosas a ella—. Arreglaré todo lo que has pedido. No te preocupes.
—Mase...
—¿Hmm? —respondió Mason subconscientemente.
—Nada. Solo quería decir tu nombre.
—Cuídate bien.
—Sí, lo haré —asintió Lila—. Sin embargo, me temo que las palabras que quiero decirte disminuirán.
—¿Por qué?
—Porque tengo miedo de que cada palabra que te diga revelará mi deseo de volver a tu lado.