Esta vez, Mason no le dio otra opción y ni siquiera mencionó a Star King. Le dijo de manera controladora que solo tenía una opción, ¡y era ir a Oceans Entertainment!
En este mundo, no existía algo como la justicia absoluta, pero sí existía el poder absoluto.
Oceans Entertainment pertenecía a Mason.
Cada vez que alguien hacía algo turbio o indecente en Oceans Entertainment, Mason no les daba una oportunidad. Incluso si eran superestrellas de renombre, los derribaría de su pedestal.
Aunque Lila no asintió y aceptó, tampoco lo rechazó. De hecho, al finalizar su llamada, incluso apareció una sonrisa en su rostro.
Ya no temía ni se sentía cohibida por ir a Oceans Entertainment...
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