Después de regresar a casa, Zeke sostuvo a Annie y le dijo junto a su oído —Vamos a recoger a nuestro hijo mañana y llevarlo a pasar el día fuera. ¿Qué te parece?
Annie miró a Zeke y lo abrazó conforme con un gesto afirmativo —Sería genial, nunca hemos salido como una familia. Pero, señor Mo, tengo trabajo mañana.
—En ese caso... llevaré a Shiloh fuera y vendremos a recogerte por la noche.
Annie asintió con la cabeza. Luego, sugerentemente le dijo a Zeke —En realidad, ya estoy casi limpia...
Los ojos de Zeke se iluminaron de inmediato mientras levantaba a Annie en sus brazos —¿Me estabas engañando a propósito?
Annie rodeó con sus brazos el cuello de Zeke y escondió su cabeza en su pecho; sabía lo que estaba a punto de suceder.
Pero, tenía que admitir que también deseaba a este hombre. Con el tiempo, ella también añoraba su cuerpo.