Mientras recordaba su noche con Annie, Zeke asintió con la cabeza —¡Es inolvidable!
Nunca había deseado cosas así en el pasado porque creía que los hombres debían ser lógicos. Pero, desde su apasionado encuentro con Annie esa noche, se dio cuenta de que todos sus años de autocontrol eran una tontería.
Si pudiera tomarse 3 días libres del trabajo, ¡pasaría los 3 días en cama!
—Oh, cierto, lo que me pediste que hiciera, ya lo he hecho. Pero, ¿quién ofendió tanto a nuestro Joven Maestro Mo que necesita conspirar contra ellos de esta manera? —preguntó el colega de Zeke.
—Simplemente estoy devolviendo ojo por ojo, diente por diente —Zeke se rió mientras daba una palmada en el hombro a su colega—. Gracias, hermano.
—No hace falta decir cosas así.
Puesto que los Chen usaron su influencia para reprimir a Annie, él no iba a permitir que su esposa sufriera por nada.
¿Pensaban ellos que su esposa era fácil de intimidar?