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De hecho, en la mente de Annie, la noche que pasó con Zeke también era su recuerdo favorito de los últimos años.
Por supuesto, ella siempre supo que el hombre con el que durmió era Zeke. Aunque nunca lo mencionó, en realidad había estado prestando atención a cada uno de sus movimientos. Desde el momento en que él fue ascendido hasta las veces que fue admitido en el hospital, ella sabía al menos un poco sobre cada evento.
A medida que su comprensión de él crecía, él lentamente se convirtió en parte de su vida. Eventualmente, llegó a un punto en el que no podía negar que sentía algo por él.
Pero, ella se detenía constantemente de fijarse en él. Incluso se recordaba a sí misma sin cesar que él no le pertenecía; no era suyo entonces y nunca lo sería.
Sin embargo, el Zeke en su memoria y el Zeke del que otros hablaban, estaba en realidad allí junto a ella en ese mismo momento. ¿Qué razón tenía para mantener distancia de él?
