Un par de manos cálidas recorrieron rápidamente el estómago de Lana y ella sintió que su cuerpo se debilitaba.
—Zane...
—Relájate, no voy a acosarte —murmuró Zane junto a su oído.
Lana cerró los ojos y se relajó lentamente. En ese momento, Zane se apartó de su cuerpo y se quitó la camisa.
Lana abrió los ojos y vio el cuerpo firme de Zane. Le sorprendió bastante. A pesar de que no era la primera vez que estaban juntos en la misma cama, nunca había visto bien su cuerpo.
Resultó que simplemente parecía un poco débil, pero cuando se quitó la ropa, en realidad era muy en forma.
Por supuesto, las cicatrices en su cuerpo hicieron que el corazón de Lana se doliera.
Pronto, su cuerpo yacía sobre el de ella de nuevo. Lana miró la cicatriz en su pecho y suavemente pasó su mano por encima, —¿Duele mucho?
