—¿Puedes hacerme un favor? ¿Puedes ayudarme a completar esta boda? —preguntó ella.
—Yo...
—Sé que no quieres, pero no tengo otra opción, no quiero impactar a mi madre —Lana suplicó prácticamente mientras se aferraba al brazo de Zane—. Te prometo que solo celebraremos una boda, no firmaremos papeles de verdad. Después de la ceremonia, eres libre de casarte con quien quieras. No volveremos a tener nada que ver el uno con el otro.
—Pero...
—Zane, ayúdame.
No importa cómo lo pensara Zane, sentía que estaba siendo arrastrado a una trampa, pero aun así dejó que Lana lo arrastrara al coche de bodas.
Las damas de honor de Lana eran sus colegas. Cuando la vieron valientemente cambiar de novio, admiraron su coraje.
Ya que estaba sentado en el coche, Zane decidió seguir el juego y hacerle este favor a Lana. Después de todo, se suponía que asistiría a una conferencia ese día y ya estaba vestido apropiadamente.
...