—Lana, no necesitabas venir aquí para explicarte. No estoy molesto —respondió Zane—. Además, honestamente creo que la familia es más importante que cualquier cosa. No deberías discutir con tus padres por una persona que no conoces bien.
La respuesta de Zane hizo que Lana se sintiera aún peor.
Después de todo, cada palabra suya sonaba como si estuviera viendo la situación desde el punto de vista de un espectador. Jamás consideró que ella había venido aquí por su propia cuenta, solo porque estaba preocupada de que él estuviera molesto.
—Entiendo... —murmuró Lana—. Me alegra que no estés molesto. Me voy a ir. Gracias por tu chaqueta.
—Te llevaré...
—No es necesario —dijo Lana antes de girarse rápidamente para irse. Sin embargo, después de unos pasos, se detuvo y dijo a Zane:
— Pensé que significaba algo diferente para ti. Pero, supongo que no soy diferente a los demás.
—¡Lo siento!