—¡Claro que sí! —Mason miró a Lila y respondió—. Aunque no le gusten los chinos, todavía necesita dejar su opinión de lado cuando está cerca de ti.
Lila pensó en su situación y se dio cuenta de que el razonamiento de Mason tenía sentido. Este no era un lugar donde debería mostrar misericordia, especialmente cuando se enfrentaba a la discriminación de los extranjeros. En particular, no debería haber permitido que un profesor de poca monta la intimidara.
—No te preocupes, no tienes que hacer nada, ya sé qué hacer.
Mason se giró y miró a Lila con una sonrisa de orgullo.
—No dejaste la industria del entretenimiento y rompiste lazos con Oceans Entertainment, solo para venir aquí y sufrir. —saca tu coraje... Quiero ver a la Lila que nunca baja la cabeza ante nadie.
Lila asintió con la cabeza. La incomodidad que sentía por ser discriminada e intimidada desapareció de repente.
Como resultado, Lila llegó a la clase del profesor como de costumbre la próxima mañana.