Xana Thomas estaba aprendiendo artes marciales antiguas. Braydon Neal se preguntaba cómo le estaría yendo.
Los ojos de Xana Holloway estaban llenos de envidia. —Para poder ser amiga de Su Santidad, esa joven debe ser un genio de las artes marciales.
—Es una persona ordinaria.
Braydon la miró y dijo suavemente:
—Tienes diecinueve años y estás en tu mejor momento. Creciste en la Montaña Celestial y nunca has visto la prosperidad del mundo exterior. ¿Quieres salir y verlo?
Los ojos de Xana se llenaron de deseo.
¿Cómo no podría querer ver el mundo exterior a su edad?
Sin embargo, había reglas en la Montaña Celestial. No se les permitía a los artistas marciales dejar la montaña sin permiso.
¡Aquellos que violaran la ley serían decapitados!
Por ejemplo, Xana y los demás podrían no poder dejar la Montaña Celestial por el resto de sus vidas.
Había muchas áreas en esta montaña, y eran áreas prohibidas en las que nunca podrían poner un pie por el resto de sus vidas.
