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Entre los hijos del Ejército del Norte, el Rey del Norte era el líder.
Braydon Neal había dejado atónito a todo el mundo humano solo con su aparición.
Sin embargo, nadie había esperado que los hermanos menores que Braydon había protegido desde que eran jóvenes fueran todos dragones entre hombres.
Si no fuera porque el resplandor de Braydon era tan brillante que cubría la luz de Frediano Jadanza y los demás.
Con talentos como los de Harvey Lay y los demás, eran capaces de iluminar todo Hansworth.
—Piernas Cortas Viejas, ¿puedes resistir una paliza? —preguntó Luke de manera directa.
El anciano que apareció de la oscuridad se llamaba Kiku Taro. Tenía el pelo ralo y casi todo se le estaba cayendo. No pudo evitar quedarse atónito en el lugar.
Durante muchos años, nadie se había atrevido a ser tan impertinente frente a él.
¡Además, sus piernas no eran cortas!
Kiku estaba casi en el reino del pináculo conferido.
Lamentablemente, no había dado el paso final.
