Rafael Worley estaba aterrorizado al decir con voz ronca:
—Una espada fría no se mancha con la sangre de los inocentes. ¿Puedo preguntar, Su Alteza, qué crimen he cometido?
¡Zumbido!
La espada fría en la mano de Braydon Neal se detuvo en el aire, a sólo tres centímetros del cuello de Rafael.
Rafael rompió a sudar frío. Braydon era demasiado rápido y él no pudo reaccionar a tiempo.
Retrocedió rápidamente, tratando de poner una distancia segura entre él y Braydon.
Braydon lo miró con calma y dijo suavemente:
—Viejo, ¿cómo puedes considerarte inocente?
¡Zumbido!
Braydon parecía estar quieto, pero en realidad era sólo una imagen residual.
Con la Espada del Rey del Norte en mano, apareció detrás de Rafael y cortó su cuello.
¡Su cabeza voló!
Los ojos de Rafael estaban llenos de no querer, conmoción y enojo. No esperaba morir tan miseramente.
Luego, la oscuridad infinita envolvió su conciencia y murió en el acto.
Esta escena conmocionó a todas las familias aristocráticas!