Los ojos de Xana Thomas se volvieron rojos, y no pudo evitar girar la cabeza para secarse las lágrimas y dijo —¡Estúpido Braydon, solo sabes presumir!
Braydon Neal rió. Nunca hablaba en vano.
Joseph Thomas corrió desde la distancia y preguntó con sospecha —¿Por qué estás llorando? Bro, ¿le hiciste algo a mi hermana?
—¡No es asunto tuyo! —Xana lo miró furiosa.
—¡Es tu presidente el que la maltrató, no mi joven maestro! —Xandra Milton rió suavemente.
—Qué demonios, estos viejos desgraciados deben estar cansados de vivir. Hermana, solo espera. Voy a volver hoy y matar a esos viejos! —El pequeño rey demonio de Preston definitivamente hizo honor a su nombre.
Joseph dio la vuelta y estaba a punto de regresar a la familia Thomas, listo para matar a esos viejos —¡Solo tenía una hermana y mataría a cualquiera que se atreviera a intimidarla!
Xana gritó —¡Para! ¡No seas tan impaciente! ¿No dijiste que querías ser discípulo de Braydon? ¡Está aquí!
