—Los ojos de todos estaban fríos y su atención estaba puesta en las fichas de metal.
—Pero esta vez, Heather Sage no entregaría las fichas de metal.
—Durante el día, Heather ya lo había hecho.
—Incluso si entregaba las fichas de metal, aún habría gente que no la dejaría en paz y sospecharía que tenía otras fichas de metal.
—¡El resultado sería el mismo independientemente de si lo entregó o no!
—¡Así que esta vez, Heather se negó a entregarlo!
—Tengo hambre. Deja que la Hermana Heather me saque para que pueda comer —dijo Ginny Neal parpadeó y dijo seriamente.
—¡Qué niña tan linda!
—Leilani Strickland avanzó. Debajo de su falsa sonrisa, había un atisbo de frialdad.
—¡Tal belleza fría!
Extendió la mano y pellizcó la regordeta cara de Ginny.
—¡No toques a Ginny! —Heather frunció el ceño y gritó—. ¡Bang!
—¿Quién era Leilani?
—¡Un señor de la guerra de sexto nivel!
Agarró la delgada muñeca de Heather y dijo fríamente: