Sus frías y despiadadas palabras hicieron que todos en el equipo principal de Preston sintieran un escalofrío en sus corazones.
Sus hermanos habían muerto bajo la espada fría.
Robert Flitwick todavía tenía una falsa sonrisa en su rostro. Se quedó quieto al lado como si estuviera viendo una broma.
Micah Lane presionó la espada en su mano contra la cara de Belden Frost y preguntó indiferente:
—Ha sido ejecutado por ofender a sus superiores. ¡Si te arrodillas, te perdonaré la vida!
—¡No me voy a arrodillar ante el perro de una familia aristocrática!
Los ojos de Belden estaban rojos. ¡No se arrodillaría ni siquiera si muriera!
En ese momento, el equipo principal de Preston mostró lo que significaba ser valiente.
Un hombre de siete pies no renunciaría a su dignidad ni siquiera en la muerte.
En este momento.
Sebastian Wood, que había llegado apresuradamente, vio a Luca tendido en un charco de sangre y gritó con enojo:
—¡Luca!
—¡Micah Lane, eres muy audaz!