¡Había ofendido a todos con solo una frase!
Sin embargo, la identidad de Braydon Neal era la de un joven con una alta posición y un gran poder. ¡Era el Dios de la Guerra de la región norte a los trece años!
¡Era un joven Dios de la Guerra!
¡Un Rey conferido de diecisiete años!
Con tal estatus, no necesitaba halagar a nadie, ni necesitaba mirar la cara de nadie.
Todos en la multitud despreciaban a Braydon.
En ese caso, ¡no había necesidad de que Braydon les dejara ver ninguna cara!
—¡Eres el idiota! —gritó Xana Thomas.
Heather Sage rodó sus ojos. Tenía cierto conocimiento del carácter de Braydon, así que fue a consolar a su mejor amiga, Xana.
Si Xana hubiera visto cuán bien comportados estaban los cinco comandantes frente a Braydon, entendería que Braydon era así.
