¡El padre de Sadie Dudley!
El hombre de verde.
Braydon Neal se encontraba frente a la puerta del palacio, contemplando el cuerpo espiritual del hombre vestido de verde.
—Después de tantos años, has regresado. ¡Ya eres un santo! —El hombre de verde suspiró.
¡Él también había ingresado al reino santo en aquel entonces!
Su verdadero cuerpo yacía en el ataúd, pero se presentaba ante el mundo como un cuerpo espiritual.
—Este es el hogar de Sadie —dijo Braydon con calma—. No dañaré ni un árbol ni una hoja de hierba aquí. Acabo de regresar del Mar de Espíritu y vine para echar un vistazo.
—Por favor, toma asiento —invitó el hombre de verde a Braydon a unirse a él para conversar.
Braydon negó levemente con la cabeza, indicando que no tenía intención de quedarse más tiempo.
Miró el ataúd dorado, como si pudiera ver a través de las capas de obstáculos al verdadero cuerpo del hombre de verde.
