Su temperamento era explosivo.
Se levantó y gritó a Braydon Neal:
—¿Quién eres? ¿Qué quieres?
—Solo es un asunto pequeño —respondió Braydon con ligereza, mirándolo de reojo.
—¡Baja aquí! —el joven alto gritó fríamente—. ¡Estás sobre mi cabeza! ¿Quién te crees que eres?!
Al oír esto, Braydon lentamente lo miró, su mirada helando los huesos.
—¿Qué puedes enseñarme? —Braydon se giró y caminó hacia el joven—. Este lugar es el más alto en el cielo. No puedes ir más allá de la cima del Monte de los Cinco Elementos. Ni siquiera conoces las reglas. Es hora de enseñarte una lección.
¡El joven alto liberó su propia presión—la presión de un santo pico!
Además, era más de diez veces más fuerte que un santo pico ordinario.
Esta persona era invencible entre sus iguales.
Sus manos estaban manchadas con la sangre de al menos mil personas de su generación.
El cuerpo del joven desprendía un calor abrasador, y detrás de él apareció un camino rojo ardiente.