En las profundidades de la cámara secreta, una piedra negra emitía un tenue resplandor, iluminando los alrededores mientras se desplegaba una escena ante ellos.
La imagen del arca negra parpadeaba haciéndose visible, seguida de atisbos de Bilal Yarbro y Lauritz Hagan, quienes habían estado observando encubiertamente las actividades de Braydon Neal dentro de la Sala de las Almas.
Habían tropezado con una revelación sorprendente, un descubrimiento que Bilal inicialmente sospechaba pero del que no había tenido certeza hasta ahora.
Lauritz transmitió esta revelación al cuartel general del cosmos, lo que provocó que el Santo Maestro Yin Yang emitiera órdenes estrictas: mantener discreción respecto a los asuntos de Braydon y abstenerse de acciones coercitivas dentro del Mar del Espíritu.
Estas instrucciones tenían implicaciones significativas, sugiriendo que incluso Lauritz y sus compañeros estaban atados a las decisiones de Braydon.