Había absorbido de una sola vez 99 gotas de esencia verdadera de caos primordial, lo que equivale a casi 900 hebras de Qi de caos primordial.
Tras la absorción de esta esencia, su columna vertebral experimentó una transformación notable.
Un Dragón de Espina emergió, extendiéndose cien metros de largo, mientras se elevaba desde la espalda de Braydon Neal con un rugido ensordecedor, su presencia destrozando la misma tela del cielo.
Con cada momento que pasaba, la fuerza de Braydon aumentaba, su aura ejerciendo una presión que superaba incluso la de los santos.
¿Podría potencialmente rivalizar con un santo eminente?
La pregunta persistía mientras el viaje de cultivo de Braydon continuaba, sin verse obstaculizado por ningún cuello de botella en su acumulación de poder.
Mientras persistiera el Qi de caos primordial, también lo harían sus avances.
Sin embargo, el siguiente paso representaba el mayor riesgo: el cráneo.