—¿Lanza Fría Richard Loomis? —exclamó Jairo Mobley, su asombro era palpable.
En su época, numerosos cultivadores solitarios salpicaban el paisaje, pero ninguno brillaba tan intensamente como Richard Loomis.
Su fuerza era verdaderamente formidable.
¿Qué tan formidable?
Su lanza helada una vez había superado a Cohén Neal, su punta manchada con la sangre de super prodigios de varias facciones importantes.
Cuando la lanza desapareció, muchos especularon que era empuñada por un genio oculto de una poderosa casa que emergía para entrenar antes de retirarse de nuevo al anonimato dentro de su familia.
Y de hecho, esa especulación resultó ser cierta: ¡el portador no era otro que Remington Neal!
—¿Se atreve el Pabellón Dragón Dorado a involucrarse en este feudo de sangre? —Remington apuntó con su lanza a Jairo, su tono inquebrantable.
Con la declaración de guerra de la familia Neal, ¿quién se atrevería a responder al llamado?
