—Estoy aquí para escoltar a Su Alteza —se ofreció el Esclavo del Alma No. 3, asegurando el seguro regreso de Braydon Neal.
Con su presencia, cualquier posible agresor lo pensaría dos veces antes de atacar a Braydon.
Kohen Neal rasgó el espacio con sus manos con rapidez, creando sin esfuerzo un pasadizo espacial.
Braydon lo miró con sorpresa, reconociéndolo como un adepto espacial, un rasgo oculto dentro de la línea de sangre de la familia Neal, junto con otras fuerzas ocultas como las pupilas duales hereditarias y el linaje del camino celestial latente.
Generaciones de cuerpos espaciales prósperos.
La familia Neal nació con una ventaja única.
En efecto era inusual.
Cuando tuviera tiempo, podría preguntarle a Kohen.
Al regresar Braydon a la familia, fue acompañado por el devoto esclavo del alma y protegido por varios protectores ancestrales, un testimonio de su potencial sin igual en el Mar Espiritual.