—Porque una vez que un super genio alcanza su cénit, ¡podía remodelar los mismísimos cimientos del poder dentro del Mar del Espíritu!
—Carlton Yokley, previamente conversando con Kohen Neal, se excusó abruptamente, su ánimo empañado por el monumental evento que se desarrollaba.
—Entre aquellos genuinamente emocionados por Braydon Neal estaban nada menos que sus propios parientes: los miembros de la familia Neal.
—Los jóvenes rebosaban de emoción y orgullo por la hazaña extraordinaria de su compañero.
—En el pináculo de la Torre de Marfil se encontraba su prueba definitiva: el Mundo del Atardecer.
—Envuelto en una monstruosa aura demoníaca, Braydon avanzaba sin inmutarse por la desalentadora tarea que tenía por delante.
—El horizonte de la decimotercera etapa bañado en los cálidos tonos de un sol poniente, un telón de fondo sereno contra el cual se alzaba una figura en túnicas verdes, con las manos entrelazadas en la espalda.