Él nunca fue de los que juegan limpio.
¿Realmente esperaban que Braydon Neal les enfrentara cara a cara?
¡Por supuesto, era una emboscada!
El ataque sorpresa fue tremendamente potente.
Las Dagas Voladoras Sombrías, ocultas en el tejido del espacio-tiempo, portaban una inmensa cantidad de energía infundida por Braydon.
Nueve dagas se materializaron al instante, apuntando a su primer objetivo: ¡Benka!
Las hojas perforaron su pecho y espalda, una atacando desde el frente y la otra por detrás.
Con un zumbido, desataron un torbellino de llamas abrasadoras, envolviendo a Benka en agonía ardiente.
—¡Ah! —Su grito angustiado resonó.
Incluso como un divino, el miedo lo aferraba fuertemente.
El calor abrumador se extendía por su cuerpo, corroyendo rápidamente la píldora divina dentro de él: un golpe fatal.
Desesperado por aferrarse a la vida, Benka luchó durante un total de quince minutos.
Al divisar a Braydon a lo lejos, sus ojos se llenaron de furia y desesperación.