—Después de derrotar a Matu Joko, te invitaré a una bebida —declaró Braydon Neal, sin dejarse disuadir por los consejos de Xetsa Yeza.
Su viaje de cultivo persistiría.
Puso su mirada en la refinación de píldoras, en particular la Píldora de Templado del Cuerpo.
Utilizando hierbas espirituales milenarias, aspiraba a mejorar su físico una vez más.
El tiempo era esencial, con aproximadamente siete meses restantes.
No obstante, Braydon entendía que a medida que avanzaba, cada avance demandaría más tiempo.
Equilibrando tres caminos de cultivo mientras se acercaba al umbral del reino del emperador, Braydon albergaba ambiciones más allá de eliminar al hijo divino.
Sus aspiraciones se extendían a atravesar las ruinas y volver a Jaa'ku.
Si lograba alcanzar el reino del tri-emperador, su proeza de combate podría igualar la de un quasi-divino, haciéndolo virtualmente imparable dentro del Palacio del Oráculo salvo por Rayha Qhobela.