—No entiendo del todo. ¿Dónde está tu casa? —La chica vestida de verde solo podía adivinar y hablaba inglés con cierta torpeza.
—¡Tengo hambre! —Luke Yates agitaba un palo de bambú, aullando.
—¿Hambre? ¡Ven! —La chica vestida de verde dejó que Luke y Braydon Neal la siguieran al bosque de bambú.
Después de adentrarse en el bosque de bambú por cien millas, llegaron a un tranquilo valle de flores.
El valle estaba lleno de flores y plantas, con tres a cinco casas de madera cubriendo el área, emitiendo un fragante aroma como si fuera un paraíso.
Sin embargo, cuando Braydon llegó, sintió una terrible sensación de crisis.
Esta sensación de peligro parecía tomar sus vidas en un instante.
¡Como si alguien estuviera observando en secreto!
Los agudos ojos de Braydon miraron inadvertidamente hacia el extremo más lejano del valle de flores, donde había un bambú verde y blanco de cien metros de altura, sus hojas exuberantes y vibrantes, exudando una vitalidad asombrosa.