—Interesante —Braydon Neal se interesó.
El siguiente momento.
La bestia espíritu de escama de dragón se movió a una velocidad extremadamente rápida.
¡Su velocidad superaba los quinientos metros por segundo!
A tal velocidad, era como el doble de la velocidad del sonido.
¡Zumbido!
Había llegado bajo un gran árbol, sin prisa por atacar, con una sonrisa burlona en los labios y un brillo en sus ojos, mostrando un indicio de escrutinio.
Parecía como si nunca antes hubiera encontrado humanos.
Por lo tanto, estaba algo curioso.
Braydon, con las manos detrás de su espalda, lo miró y dijo suavemente:
—Sométete a mí y podrás vivir.
—¡Pfft! —La Bestia de Escama de Dragón escupió hilos de saliva.
Braydon fue tomado por sorpresa y le rociaron la cara.
Al instante, la cara de Braydon se volvió negra.
Esta bestia espíritu de escama de dragón le recordaba a Braydon el pequeño burro que estaba criando Luke Yates, aquel con un grueso pelaje de pelo.