Con la caza comenzando mañana, decidí ir a visitar a un herrero. Había muchos herreros en la ciudad, pero había uno específico que los estudiantes actuales podían usar dentro de la academia Avrion.
Los estudiantes de segundo año tenían permitido llevar su propio equipo para cazar y actualmente tenía dos cristales de nivel intermedio. Uno lo obtuve del sistema, así que no quería desperdiciar ese, pero aún tenía otro que fue tallado del jabalí con colmillos.
Entré a través de un par de puertas dobles en la habitación del herrero. Era más grande de lo que había imaginado, había filas y filas de armas colgadas en una de las paredes. En el otro lado, había diferentes conjuntos de armaduras expuestas. Me acerqué al mostrador al final de la habitación.
Detrás del mostrador había un hombre delgado con gafas grandes y redondas. No era de los que caen en estereotipos, pero no encajaba del todo con la imagen. Luego noté que en el mostrador frente a él había muchos tipos diferentes de cristales de bestia en exhibición. Había muchos pero ninguno era superior a un cristal de nivel avanzado.
—¿En qué puedo ayudar? —preguntó el hombre detrás del mostrador.
—Esperaba que pudieras hacer algo con esto para mí. —Saqué el cristal del jabalí con colmillos y lo puse en el mostrador.
—Bueno, vamos a echar un vistazo. —El hombre sacó un objeto extraño de debajo del mostrador. El objeto tenía una base circular plana con otra base circular encima de ella, similar a una lámpara, excepto que la parte superior parecía estar vacía.
El hombre colocó el cristal en la base inferior y la parte superior del objeto comenzó a brillar y mostrar algo de escritura en el aire.
—Oh, no esperaba que fuera un cristal de bestia intermedia. Dice que es de un jabalí con colmillos. Será mejor que lo convirtamos en una armadura de peto. Te dará una buena cantidad de protección. —dijo el hombre.
No me di cuenta de que podían obtener tanta información solo de los cristales. No todos los cristales se veían exactamente iguales, pero el dispositivo que tenía el hombre parecía decirle todo sobre el cristal. Estaba un poco decepcionado de que no podría conseguir un arma, pero un peto seguía siendo mejor que nada.
—¿Cuánto costará? —pregunté.
—Con tu descuento estudiantil... 1000 debería ser justo. —respondió el hombre.
Mis ojos casi se me salen de las órbitas.
—1000, no quieres decir 100.
—Lo siento, es lo mejor que puedo hacer. Si no tienes el dinero, también puedes intercambiarlo. Un cristal básico vale 100 y uno intermedio 1000. Cuesta lo mismo producirlo en un arma, por lo que el nivel básico es 100 e intermedio 1000 —dijo el hombre con una sonrisa.
Si no supiera mejor, habría pensado que el hombre me estaba estafando, pero estaba en la academia y no permitirían algo así.
—Lo siento, ahora mismo no tengo el dinero, tendré que volver más tarde.
Recuperé el cristal y decidí que tendría que regresar en otro momento cuando tuviera el dinero.
*****
La mañana siguiente, todos nos despertamos temprano y brillantes. Se nos dijo que nos reuniéramos en la puerta sur de la ciudad a las nueve en punto. Noté que Gary todavía tenía bolsas debajo de sus ojos. Parecía que aún no dormía bien por alguna razón.
Salimos en grupo y llegamos a la puerta sur. Había alrededor de doscientos estudiantes reunidos en la puerta. De pie al frente estaba alguien a quien no había visto durante un tiempo. Era el maestro escudero Lancy.
Junto a Lancy había otros dos maestros escuderos, una mujer y un hombre. Luego nos dividieron en tres grupos separados, cada grupo dirigido por un maestro escudero. Desafortunadamente, Lancy estaba a cargo de nuestro grupo.
Cada grupo se dirigió en diferentes direcciones. Nuestro grupo estaba en silencio mientras escuchaba lo que Lancy tenía que decirnos.
—Hay un total de tres terrenos de caza lo suficientemente seguros para que ustedes, de segundo año, cacen. El bosque, las estribaciones y el pantano. Hay varias áreas más donde se reproducen bestias mágicas, pero a menos que deseen vivir una vida corta, no les recomiendo ir allí. Hoy, nuestro grupo viajará al bosque. Cambiaremos los terrenos de caza en las próximas semanas. Esto les permitirá enfrentar una variedad de diferentes bestias mágicas.
Mientras continuamos caminando, noté que el equipo que llevaban los estudiantes difería en gran medida. Algunos tenían equipos básicos de nivel intermedio y otros básicos de bestia. Muchos, como yo, solo tenían armas y armaduras comunes. Incluso en nuestro grupo, Slyvia tenía un escudo intermedio en la espalda, Dan tenía una lanza de nivel básico y Martha botas de nivel intermedio. Mientras Gary, Monk, Ian y Kyle simplemente tenían equipo estándar.
Lancy de repente se detuvo justo afuera del bosque.
—Todos ustedes se dividirán en grupos de ocho, aunque estoy seguro de que muchos de ustedes creen que pueden valerse por sí mismos, déjenme decirles que ocurren cosas inesperadas. Cada año, muchos estudiantes fallecen en los terrenos de caza, todo lo que hacemos es por una razón. Una vez que hayan formado su grupo de ocho, seleccionen un líder y vengan a mí.
Los grupos se formaron bastante rápido, la mayoría decidió quedarse con sus compañeros de cuarto ya que los conocían bien. Hicimos lo mismo agregando a Kyle para que fuera nuestro octavo miembro.
Finalmente, llegó el momento de decidir quién sería el líder del grupo. Todos nos habíamos reunido en un círculo para discutir quién sería el mejor candidato.
—Entonces, ¿quién debería ser el líder? —preguntó Monk.
—Creo que el líder debe ser nuestro miembro más fuerte —dijo Dan mientras miraba hacia Gary.
—Huh, si quieres al más fuerte, ese no soy yo —respondió Gary—. Creo que nuestro líder debería ser una persona cariñosa, inteligente y capaz de tomar las mejores decisiones.
Luego miré hacia donde estaba Slyvia. La cara de Slyvia comenzó a ponerse roja.
—¿Te refieres a mí!? —exclamó Slyvia.
—Creo que Slyvia será una gran líder —dijo Martha mientras saltaba.
—¿Todos aquellos a favor de que Slyvia sea nuestra líder? —preguntó Monk.
Todo el grupo levantó sus manos.
—Parece que está decidido —dijo Monk.
Todos sonreímos pensando que Slyvia sería una gran líder.
Slyvia se abofeteó las mejillas con las manos y dijo:
—Prometo que haré mi mejor esfuerzo, chicos.
Finalmente, era hora de cazar.
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