Empecé a recorrer los pasillos del dormitorio preguntando a los otros estudiantes dónde se alojaba Sebastián. Afortunadamente, Sebastián era bastante impopular aquí, similar a mí, por lo que no pasó mucho tiempo hasta que alguien me dio indicaciones.
Mientras caminaba hacia la habitación de Sebastián, tenía que pensar en cómo lograría que aceptara el combate por rango. La gente no sabía el rango actual que había obtenido, así que me desconocían por mis habilidades de lucha. No había ganancia para Sebastián en pelear con alguien de rango tan bajo como yo.
Al mismo tiempo, no quería decirle que yo era el que había obtenido el noveno rango por temor a que se asustara. Pensé mucho durante un tiempo y se me ocurrió algo que sería difícil para él rechazar.
Me dijeron que Sebastián había venido de Silvertown, lo que significa que estaría en esa sección del edificio. Cuando me acerqué al exterior del edificio, me sorprendió ver a un grupo de cinco personas esperando.
Un hombre alto y guapo de cabello plateado salió del grupo.
—Escuché que alguien me estaba buscando, supongo que eres tú? —dijo él.
Sebastián era una persona alta para su edad. Mientras estaba de pie frente a mí, era al menos dos cabezas más alto que yo. Pero no tenía miedo, me había enfrentado a bestias más grandes e intimidantes que él en este momento.
—¿Cómo lo supiste? —pregunté.
—La información viaja rápido —aseguró él—, escuché que alguien me estaba buscando, tan pronto como vi esa faja negra en ti, pude adivinar de inmediato por qué viniste aquí. ¿Quieres vengarte un poco por tu amigo, ¿verdad?
Me costó toda mi fuerza contener la ira dentro de mí, si pudiera, le cortaría la cabeza aquí mismo, pero con el poder que tenía, sería imposible escapar de la Academia de Avrion.
—Vamos a tener una pelea por rango, tú y yo —propuse.
Sebastián comenzó a reir.
—¿Y qué tendría que ganar al hacer eso? —preguntó—. Ya vencí al mejor de lo que ustedes, los de fajas negras, tenían para ofrecer, y Gary, digamos que es especial, pero tú? no eres más que una maldición que arruina todo lo que tocas, incluso a tus llamados amigos.
—Si ganas, te puedes quedar con esto —dije mostrándole algo.
Abrí mi mano para revelar dos Cristales intermedios de bestias.
—¿Cómo alguien como tú consiguió eso? —cuestionó.
Los cristales intermedios tenían un gran valor para los nuevos estudiantes de la academia de Avrion. A los estudiantes no se les permitía usar su equipo en el entrenamiento, pero una vez que el entrenamiento básico estuviera completo, podríamos cazar fuera.
Tener un par de cristales intermedios en lugar de los cristales de nivel básico te permitiría fabricar equipo de clase superior, dándote una gran ventaja.
—Mi padre era un aventurero, me los regaló antes de irse, pero aún no he tenido el dinero para encontrar un herrero que convierta estos en algo útil —expliqué—. Si me ganas, puedes quedarte con ambos.
Había pensado en cómo tentarlo y se me ocurrió esto. Mi única esperanza era que Sebastián fuera lo suficientemente arrogante como para pensar que no había ninguna posibilidad de que pudiera perder.
—Trato hecho —aceptó—, pero quiero que la pelea sea frente a todos en los campos de entrenamiento. Después de todo, no quiero que nadie piense que me obligué a quitarte esto.
—Me parece bien —asentí.
Nos separamos y empecé a regresar a mi habitación para mañana. De camino a mi dormitorio me encontré con Kyle.
—Ray, acabo de escuchar que vas a pelear con Sebastián, ¿estás loco? Te matará, no viste lo que le hizo a Monk.
Como de costumbre, la palabra se difundió rápidamente por aquí.
—Kyle, solo confía en mí, necesito que me hagas un favor, ¿puedes comenzar esa apuesta que hiciste con la última pelea?
—Sí, claro que puedo, pero incluso si planeas apostar en tu contra para hacer mucho dinero, no creo que sea la forma correcta.
Miré hacia Kyle con las dos manos sobre sus hombros sin decir otra palabra. Kyle finalmente cedió.
—Bien, bien, de todos modos no puedo detenerte, solo hazme un favor y al menos acierta un golpe.
Ambos nos fuimos por separado y nos preparamos para mañana.
*****
Al día siguiente, los estudiantes estaban fuera entrenando, pero, al igual que antes, todos se centraban solo en una cosa: una batalla entre el estudiante número dos y un estudiante con faja negra. Así se había anunciado la pelea. Muchas personas estaban interesadas en los estudiantes con faja negra después de la actuación que dio Monk. Estaban interesados en ver cómo se desempeñarían contra Sebastián. Aún así, las probabilidades estaban a favor de Sebastián, lo cual era de esperar. La pelea estaba a punto de comenzar con los dos concursantes frente a frente. Rápidamente se formó una multitud con Ray y Sebastián en el medio.
Temprano en el día, Kyle había ido recolectando dinero según las instrucciones de Ray. La mayoría de las personas habían apostado por Sebastián para ganar, excepto dos personas. Eran Gary y Eric. Las únicas dos personas que alguna vez habían luchado seriamente con Ray. Los compañeros de cuarto de Ray estaban al costado, mirando nerviosos. Dan fue el primero en hablar.
—¿Cuánto tiempo crees que durará Ray?
—Solo espero que no se lastime —dijo Ian.
Gary y Slyvia eran los únicos que tenían una opinión diferente.
—Creo que esta pelea no irá como esperamos —dijo Slyvia.
—Oh, cómo el amor ciega —dijo Dan.
—Si no puedes ver la fuerza de Ray, entonces quizás tú eres el ciego.
Dan quería responder, pero la pelea estaba a punto de comenzar, por lo que la atención de todos estaba ahora enfocada en las personas frente a ellos.
Justo cuando la pelea estaba a punto de comenzar, los concursantes se enviaron una invitación mutua en sus comunicadores. Las pupilas de Sebastián se encogieron por lo que había visto.
—No es de extrañar que estuvieras tan seguro, entonces, ¿fuiste tú quien venció a Eric! —Sebastián gritó.
Todos en los alrededores se sorprendieron al escuchar eso. Especialmente los estudiantes que habían peleado con Ray anteriormente. Sabían que su rango anterior estaba en la marca de los 250+.
Esta nueva información acababa de hacer que la pelea fuera mucho más interesante.