Hace unos 120 años.
En algún lugar en la cima de una montaña nevada, había una fortaleza. Estaba construida en el costado de la montaña y desde hace mucho tiempo había sido abandonada. Se decía que había sido habitada por una civilización que ya no existía en el continente Bornzeland.
Todo estaba hecho de Glatherien, uno de los materiales más duros jamás forjados. Creada por los Enanos que alguna vez vivieron en paz con los humanos. Pero ahora no quedaba ni uno solo en BronceLand. Sin embargo, la gigantesca fortaleza con aspecto de castillo había permanecido intacta, indemne y no reclamada por los Diez Reinos o el Imperio. Pues todos respetaban a la bruja que había vivido allí por algún tiempo.
Pero hoy, parada en la cima del castillo, en el punto más alto con su bastón en la mano, nerviosa por lo que vendría, estaba Bliss. Había pasado horas y horas de preparación para lo que venía, pero no importaba qué, todavía se sentía nerviosa.