Recorrimos lo que parecía ser un túnel de una milla de largo hasta que finalmente llegamos a los terrenos de entrenamiento escolar. Solo había una entrada y salida. El pasillo por el que habíamos llegado.
El campo de entrenamiento daba al exterior, que era un gran campo abierto con muchos objetos diferentes, como muñecos de entrenamiento, un campo de tiro con arco y demás. El campo estaba rodeado de gradas que cubrían cada lado, para que la gente pudiera observar. De hecho, si no supiera lo contrario, habría pensado que era un coliseo.
Las gradas estaban bastante llenas, muchos caballeros habían venido a ver a los nuevos estudiantes intentar la prueba. Frente a la entrada, en el otro extremo del campo, había una mesa donde se sentaban los seis ancianos, acompañados de sus caballeros negros.
El campo se había dividido en cinco secciones diferentes. Cada sección contenía diferentes equipos y tenía un Caballero maestro cerca. Wilfred, Barbadoes y Delbert estaban allí. No reconocía a los otros dos.
Estábamos justo frente a la entrada, los trescientos estudiantes esperábamos nerviosamente. Un trabajador salió con una extraña máquina que tenía un cristal adentro. El sirviente presionó algunas cosas en la máquina y se mostró un holograma del campo de pruebas. Una máquina similar también se colocó frente a los ancianos en el otro lado.
—De acuerdo, la primera prueba es la Gema de fuerza, se les llamará para subir al escenario uno por uno —dijo Lancy. Él subió al escenario para mostrar a los participantes dónde debían ir y explicar qué hacer. Todos podíamos verlo claramente en la pantalla de la máquina.
Delante de Lancy había un enorme pedrusco negro del mismo tamaño que él.
—Los estudiantes deben intentar empujar el pedrusco de un lado a otro, si no pueden empujar el pedrusco, pueden usar estos guanteletes. Tendrán dos intentos, uno sin los guanteletes y otro con ellos. Los guanteletes han sido incrustados con magia para aumentar su fuerza —explicó Lancy.
Lancy luego procedió a hacer una demostración, mientras usaba toda su fuerza y el sudor le corría por la cara, logró empujar el pedrusco de un lado a otro. Los estudiantes aplaudieron su demostración.
—Ahora veamos, quién para ir primero, ah tú, ¿cómo te llamas? —preguntó Lancy.
El dedo de Lancy estaba señalándome a mí.
—Ray —respondí, dándole una mirada sabiendo la razón por la que me eligió.
—Qué caballero tan grosero, deberías responder a los de rango superior con respeto —comentó Lancy.
—Solo respeto a aquellos que merecen respeto —le contesté.
La ira se levantó en la cara de Lancy, pero de repente se calmó y habló.
—Usando mi poder como administrador de esta prueba, me niego a que el escudero Ray tome esta prueba. Espero que esto sea una lección para todos ustedes de respetar a sus superiores —declaró Lancy.
Quería saltar y enfrentarme a él allí mismo, pero no era ni el momento ni el lugar. No me importaba mucho la prueba en primer lugar. Si iba a convertirme en un porta fajín rojo, tendría más tiempo para estudiar y autoentrenarme. incluso cazar afuera por algunos cristales.
En cambio, si me convertía en un porta fajín blanco, se me obligaría a hacer clases adicionales, mi tiempo libre desaparecería y tendría menos tiempo para cazar. Aunque el entrenamiento adicional también sería agradable.
No me enfrenté con este objetivo en mente. Pero me ayudó, de esta manera no necesitaba falsificar los resultados de mi prueba. Al ser el primero, habría sido difícil evaluar qué tan bien lo habían hecho los otros estudiantes. No había podido probar mi fuerza después de absorber los otros cristales, habría sido difícil controlar mi poder. Si completaba la prueba fácilmente, más ojos estarían sobre mí.
Después de nuestra escena, muchos estudiantes respondieron exageradamente a Lancy. Me quedé y observé a los otros caballeros viendo cómo se desempeñaban. La mayoría de los estudiantes no pudieron mover el pedrusco en absoluto a menos que usaran los guanteletes. Los guanteletes les ayudaron a mover el pedrusco, pero aún no llegaron al otro lado.
Gary logró mover el pedrusco hacia el otro lado, pero con gran dificultad, colapsando al final. Dan lo hizo mejor que Gary, lo cual era de esperar debido al peso del bastón que cargaba.
El estudiante que mejor se desempeñó fue Ian, logró levantar el pedrusco y llevarlo al otro lado. Lo cual impresionó a muchos estudiantes. Slyvia logró mover el pedrusco un poco antes de tener que usar los guanteletes para empujarlo completamente hacia el otro lado.
Monk no le fue tan bien. Solo logró mover un poco el pedrusco mientras usaba los guantes.
La primera prueba terminó con todos participando excepto yo. Pasamos a la siguiente etapa donde Wilfred era el observador. Junto a él había un hombre vestido con túnicas y una capucha que cubría su rostro.
Wilfred se adelantó para explicar la siguiente prueba a los estudiantes.
—Esta prueba se llama El infierno del fuego, se utiliza para determinar la voluntad y la fuerza de tu mente. El hombre junto a mí es un Mago de la Academia Roland. Hay algunas bestias mágicas capaces de crear ilusiones. El mago aquí lanzará una ilusión de fuego. Por cada minuto que pases en el mundo real es una hora en la ilusión. Tus resultados se determinarán según cuánto tiempo aguantes bajo la ilusión de estar siendo quemado vivo.
Esta vez, la prueba se realizó en función del orden de puntuaciones. Dado que no hice la última prueba, obtuve la puntuación más baja, así que fui el último en realizar este ensayo.
Todos mis compañeros de cuarto se desempeñaron bien en la prueba, y Slyvia logró la mejor puntuación de todos. Logró permanecer bajo la ilusión durante cinco minutos completos. La mayoría de las personas solo habían logrado unos segundos, mientras que los mejores estudiantes lograron un minuto más o menos.
Finalmente llegó mi turno, me dirigí hacia el escenario con un plan para lograr alrededor de 20 segundos. Esta fue la puntuación promedio. No quería hacerlo lo mejor, pero al mismo tiempo, no quería hacerlo lo peor. Un rango amarillo o azul sería perfecto, dándome lo mejor de ambos mundos. Tampoco atraería demasiada atención.
Llegué al escenario y el mago procedió a poner sus manos sobre mi cabeza. El mago cantó algunas palabras y las imágenes comenzaron a aparecer en mi cabeza. Lo que apareció no fueron llamas, sino un gigantesco dragón rojo. Un dragón que reconocí bien, era yo. La imagen desapareció rápidamente y abrí los ojos, sorprendido por la vista frente a mí, para ver que el mago había caído al suelo.
—¡Está maldito, está maldito por el Dragón Rojo Sen! —gritó el hombre mientras agitaba su cuerpo en el suelo.
Wilfred rápidamente pidió a varios caballeros en el escenario que escoltaran al mago.
Los estudiantes comenzaron a chismorrear.
—Sabía que solo les traería mala suerte.
—Pero solo le ocurrió a él, no a los otros niños pelirrojos.
—¿Esto significa que reprobó la prueba?
Me bajé del escenario y me dirigí a Gary y le pregunté qué había pasado.
—No lo sé, hombre, el mago te puso la mano encima y lanzó el hechizo, solo duró un segundo y estaba en el suelo sudando y asustado como lo viste —dijo Gary.
Lo único que se me ocurrió fue que la imagen que apareció en mi cabeza fue compartida con el mago.